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Muy Beata poética Beata

Tú sentías la pura eternidad 
sin figura, beata
sin razón, infinita
sin figura, absoluta, sin figura, beata
tú sentías la pura simplición
beata vestidísima beata
sin razón, indistante,
La simplición armónica beata
sin figura, beata
de eterna eternidad

 Jacobo Fijouder





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Señor…

…Ayúdame a decir la verdad
delante de los fuertes y a no decir
mentiras para ganarme el aplauso
de los débiles.

Si me das fortuna, no me quites la razón.
Si me das éxito, no me quites la
humildad.
Si me das humildad, no me quites
la dignidad.

Ayúdame siempre a ver la otra
cara de la medalla,
no me dejes inculpar de traición
a los demás por no pensar
igual que yo.

Enséñame a querer a la gente
como a mí mismo y a no juzgarme
como a los demás.
No me dejes caer en el orgullo
si triunfo, ni en la
desesperación si fracaso.

Más bien recuérdame que el
fracaso es la experiencia que precede al triunfo.
Enséñame que perdonar
es un signo de grandeza y que la venganza
es una señal de bajeza.

Si me quitas el éxito, déjame
fuerzas para aprender
del fracaso.
Si yo ofendiera a la gente,
dame valor para disculparme
y si la gente me ofende,
dame valor para perdonar.

¡Señor…si yo me olvido de tí,
nunca te olvides de mí!

Mahatma Gandhi



Oración de San Gerónimo


Dulce Padre nuestro Señor Jesucristo, te rogamos por tu infinita bondad que reformes al pueblo cristiano según aquel estado de santidad que tuvo en tiempo de tus apóstoles. Escúchanos, Señor, porque benigna es tu misericordia y en tu inmensa ternura vuélvete hacia nosotros.

Señor Jesucristo, Hijo del Dios vivo, ten piedad de nosotros.
Señor Jesucristo, Hijo del Dios vivo, ten piedad de nosotros.
Señor Jesucristo, Hijo del Dios vivo, ten piedad de nosotros.

Por el camino de la paz, de la caridad y de la prosperidad me guíe y me defienda el poder de Dios Padre, la sabiduría del Hijo y la fuerza del Espíritu Santo y la gloriosa Virgen María. El ángel Rafael, que estuvo siempre con Tobías, esté también conmigo en todo lugar y camino.

¡Oh buen Jesús, oh buen Jesús, oh buen Jesús, amor mío y Dios mío, en ti confío, no quede yo confundido!

Confiemos en nuestro Señor benignísimo y tengamos verdadera esperanza en El sólo, porque todos los que esperan en Él no serán confundidos para siempre y quedarán estables, fundados sobre la piedra firme y, para obtener esta gracia, acudamos a la Madre de las gracias, diciendo:

Dios te salve María...

Además, agradezcamos a Dios nuestro Señor y Padre celestial todos los favores y gracias que nos ha concedido y que continuamente nos concede, rogándole que en el futuro se digne socorrernos en todas nuestras necesidades, tanto temporales como espirituales:

Padre Nuestro...

Pidamos también a la Virgen que se digne interceder ante su querido Hijo por todos nosotros, para que nos conceda la gracia de ser humildes y mansos de corazón, de amar a su Divina Majestad sobre toda otra cosa y a nuestro prójimo como a nosotros mismos y para que estirpe nuestros vicios, nos aumente las virtudes y nos conceda su santa paz:

Dios te salve María...

Y por todos aquellos que se encomiendan a nuestras oraciones, por los que rezan a Dios por nosotros y por aquellos por los que tenemos obligación de rezar, por nuestros amigos y enemigos y por todos los fieles difuntos:

Dios te salve María...

Humillémonos todos en presencia de nuestro Padre celestial como hijos pródigos que hemos disipado todos nuestros bienes espirituales y temporales, viviendo disolutamente, y por ello pidámosle misericordia, diciendo:

Misericordia, concédenos tu misericordia, Hijo del Dios vivo.